ESTRENO: 2011
En esta obra clásica del teatro del absurdo, la protagonista, Winnie, es una señora de mediana edad que aparece en escena semienterrada en un montículo calcinado, bajo una luz cegadora. Pese a ello, a través de un ritual de gestos cotidianos, encuentra siempre motivos, por insignificantes que sean, para considerar sus «días felices». Su tema central es el deterioro físico y mental. El rebuscado lenguaje de la protagonista, por ejemplo, refleja especialmente su pérdida de memoria. Otra característica llamativa, única en el teatro de Beckett, es que el personaje recurre constantemente a las citas literarias, las cuales aparecen distorsionadas, al presentarse en fragmentos mal recordados. El otro personaje de la obra, su esposo Willie, vive obsesionado por el sexo y una postal pornográfica que guarda. Hallándose totalmente separado de su esposa, detrás de su montículo, refleja la ironía situacional de la pieza, pues su deterioro añadido pone de manifiesto la futilidad de los apetitos físicos a los que se aferra.
La obra fue traducida y estrenada por primera vez en España en 1963.
Ficha artística y técnica
Dirección: Salva Bolta
Intérpretes: Isabel Ordaz
Julio Vélez
Texto: «Los Días Felices», de Samuel Beckett
Versión: Juan V. Martínez Luciano
Ayudante de Dirección: Luis Luque
Escenografía y vestuario: Ricardo Sánchez Cuerda
I
luminación: Felipe Ramos
Espacio sonoro: Luis Miguel Cobo
Diseño de imagen: ComeyCalla
Diseño producción: Eva Paniagua
Jefa de prensa: María Díaz